“The Regulating Line” es la obra de Shahryar Nashat, realizada en 2005, en la cual el joven artista quiere enfrentar la visión convencional, estática, adoptada en un museo, con una nueva visión estrechamente más humana e individual de nuestro visitante.
Este vídeo nos ofrece tres elementos esenciales: un museo cargado de historia y de cultura; un atleta que efectúa su performance; una comparación.
Toda la performance se desarrolla en un site-specific de la excelencia, el Louvre, en una de sus galerías adonde 24 impresionantes cuadros, pintados por Rubens, representan las etapas fundamentales de la vida de María dé Medici, reina de Francia desde 1600 hasta 1610.
Un museo entonces, un lugar sagrado, inviolable, depositario de una cultura que ya “ha sido”; un lugar en el cual las obras se perpetuán en el tiempo; un lugar en el cual ellas mismas invitan el visitante en un viaje temeroso en la historia: debemos sólo mirar, escucharnos a nosotros mismos, percibir con los sentidos. Nada más.
Entonces hablamos de una performance, de una acción que no tiene un específico ápice: aquí todo se hace importante, todo es contextualizado adentro de la galería. La acción es tranquila como si siguiera un ritmo sin particulares modulaciones y, desde el comienzo, ya podemos saborear aquella que será the regulating line.
Entrar, observar, desnudarse, caminar: de esta forma empieza la búsqueda de nuestro personaje principal, una búsqueda que, como ya dije, tiene sabor de comparación, de nuevos significados culturales y estéticos.
Los grandes cuadros en frente a los cuales se queda son “El tratado de Angulema” y “La paz de Amberes”; a sus espaldas vemos “La instrucción de la reina “e “Enrique IV recibe el retrato de la reina“: una pintura claramente ampulosa, grandiosa y no sólo por el tema tratado; una pintura donde el color juega un papel fundamental y en la cual hay un marcado gusto por la redondez femenina y por la poderosa anatomía.
Justo en esta dimensión espacio-tiempo-estética Nashat juega su fuerte contraposición: 30 segundos para realizar una nueva experiencia conceptual y estética; 30 segundos de tensión física y psicológica, dirigidas a mostrarnos la dificultad que está implícita en cada intento por alcanzar un ideal significante.
Seguramente el trabajo de Nasht necesitaba de un site specific como es lo de un museo: ¡no podría ser de otra manera!El museo se convierte él mismo en un personaje, un contenido y un recipiente. Un lugar donde cada obra parece seguir un perfecto orden cronológico pero que puede, también, transformarse en un lugar representativo de una nueva corriente estética. Eso es el punto que me parece más interesante del trabajo de Nashat, es decir: subrayar, de una manera muy sencilla esta oportunidad, esta ocasión, relativa no sólo al cambio de corriente en el arte sino a la concepción del museo-lugar.
La performance es sencilla en cada su momento, desde el principio hasta el final y, si existe una climax esta se resuelve en 30 segundos, para depauperar el museo de una convicción absoluta y universal que le dio el hombre a lo largo del tiempo, es decir: lo de ser el único lugar representativo del arte.
Barbara Bacconi
Art Curator
ARTIUM Vitoria-Gasteiz, 2011
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